
La mano de obra era sumamente requerida; por miles se contaban los hombres que llegaban cada año para trabajar en el noble oficio de la fundición. Trabajar en la acerera significaba un futuro asegurado, los salarios que se ofrecian en la fábrica eran los mejores y las condiciones laborales muy avanzadas a su tiempo.
Durante las décadas siguientes la fundición de hierro tuvo altas y bajas que variaban con los mercados de otros países. Pero lo más importante es resaltar que para Monterrey la fundición del mineral significo más que un negocio con capacidad para generar trabajo, significó un modo de vida para los regiomontanos. Son muchas las generaciones que construyeron sus vidas bajo las normas de esta industria.
Por esa gran razón el Alto Horno 3 de la antigua compañia fundidora se transformó en 2007 en un recinto que consolida la escencia de la ciudad para futuras generaciones y promueve la educación científica y tecnológica.
Se trata del Museo de Ciencia y Tecnología al Rojo Vivo que cuenta con un espectáculo maravilloso. Dos Galerías; la de Historia, donde hechos históricos referentes a la industria del acero se ponen al descubierto con películas, testimonios, datos relevantes y artefactos antiguos; y la del Acero, que invita a vivir de cerca el proceso productivo en la industria del hierro y el acero a partir de 99 exhibiciones interactivas diseñadas para ampliar el conocimiento de sus visitantes.
Al recorrer cualquiera de los salones mencionados es muy posible que de pronto se escuche una voz que anuncia: “el show del horno esta próximo a comenzar”. En este caso uno debe dirigirse al segundo piso del museo y entrar al salón asignado a esta actividad. La presentación logra revivir la operación del Alto Horno en un espectáculo de luz y sonido con asombrosos efectos especiales.
Hasta ahora todo el paseo suena muy intenso y divertido, pero no se termina de este modo.
El propósito de conocer este espacio cultural es que la gente se identifique con los elementos escenciales del oficio que se presenta… y verdaderamente se cumple el objetivo.
Para cerrar con broche de oro un elevador inclinado que sube a más de 40 metros de altura lo guiará a un recorrido por la cima del horno mientras transita el antiguo sistema de alimentación mineral. ¡Es cierto! Arriba fue acondicionado como un mirador alrededor del horno y la boca del mismo para observar su interior desde el punto más alto y admirar una panorámica de Monterrey y el Parque completo. Sin duda la experiencia que que se vive y los sentimientos que se transmiten son algo inolvidable.
http://www.horno3.org/web/descubre/shorno/index.html
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